Infertilidad, no solo se enfrenta a los desafíos médicos y físicos asociados con los tratamientos de reproducción asistida, sino también a una carga emocional abrumadora. La ansiedad, la depresión y el estrés son compañeros frecuentes en este viaje lleno de pruebas, diagnósticos y decepciones.
Estudios revelan que aquellos que se someten a terapias de reproducción asistida tienen un mayor riesgo de experimentar síntomas relacionados con la salud mental. Además, los medicamentos utilizados en estos tratamientos pueden afectar significativamente el estado de ánimo de las mujeres, exacerbando las fluctuaciones hormonales ya presentes en el proceso de fertilidad.
Respuestas emocionales ante la infertilidad
La experiencia de la infertilidad puede desencadenar una serie de respuestas emocionales, desde la paralización inicial hasta la desesperanza y la presión por obtener un resultado. Algunas personas pueden sentirse en shock al recibir el diagnóstico, mientras que otras pueden experimentar negación o culpa. La rabia y el aislamiento también son respuestas comunes, al igual que la pérdida de control e impotencia. Es importante tener en cuenta que, aunque dichas reacciones son normales durante estos procesos, cada persona puede experimentarlas de manera única y puede ser interesante la valoración de acompañamiento psicológico.
Pensamientos recurrentes y dudas
Ante el estrés de la infertilidad, es común que nos pueda invadir una tormenta de pensamientos que nos conectan con la incertidumbre, la frustración, la culpa o incluso el rechazo hacia el propio cuerpo: ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Cuándo llegará el embarazo? ¿Por qué me pasa a mí? ¿Qué hay mal en mí? ¿Por qué no funciona mi cuerpo? ¿Estoy rota?
Impacto en la intimidad de la pareja
Es natural que, a medida que pasan los meses y el embarazo no llega, la libido disminuya. Para muchas parejas, el sexo se convierte en una tarea más que en un momento de intimidad compartida. La conexión, escucha al cuerpo y sintonía con tu pareja pasa a un segundo plano, para obedecer al calendario de ovulación incluso cuando hay cansancio o falta de deseo. Esta dinámica muchas veces acaba generando aún más estrés en la pareja, ya que pueden encontrarse dentro de un bucle de exigencia, presión y frustración que nada tiene que ver con el placer asociado al sexo. En la otra cara de la moneda, pueden aparecer sentimientos de culpa por disfrutar del sexo, como si cada encuentro íntimo fuera una prueba fallida de la capacidad de reproducción.
La importancia de la comunicación y el apoyo mutuo
La comunicación y el apoyo mutuo son fundamentales en este viaje. Es esencial que las parejas sean equipo, al tratar la infertilidad de algo que afecta a ambos miembros de la relación. La apertura y la honestidad en la comunicación pueden fortalecer la conexión emocional y ayudar a superar los obstáculos que se presenten a lo largo de este proceso.
Conclusión
En conclusión, los procesos de infertilidad traen una ola emocional tan grande tanto a la vida de la persona como a la de la pareja que es fundamental que se puedan plantear de la manera más respetuosa y cuidadosa posible para las personas que los atraviesan. Esto implica priorizar el autocuidado, buscar apoyo profesional cuando sea necesario, así como tener en cuenta las condiciones específicas de este momento vital tan delicado para recibir acompañamiento adecuado por parte del entorno, así como desde las propias clínicas de fertilidad.
